Soy un Somo 20 ¿y tú?

Hay muy poca información sobre los veleros Somo en la red.
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miércoles, 28 de agosto de 2013

Una tarde plácida



Al contrario que lo relatado en mi entrada anterior, la tarde del 16 de agosto de 2013 fue absolutamente plácida. Con un viento en torno a los 7-10 nudos de media, estuvimos un buen rato navegando muy a gusto. De sonrisa de oreja a oreja...

Técnicamente no hubo mucho que destacar. Navegué sin rizo, con velas completas, y fue muy divertido. Y relajado a la vez.

Puse la caña, a ver si había "peces de carrera", pero este año, que empezó en julio pareciendo que pescaríamos, se está mostrando un poco avaro. Tan solo un saburdin (pez araña, Trachinus draco) grande, al final, que te complica más la vida que alegrártela... (Por el tema de las espinas venenosas y que no tengo tijeras en el Hooper, habrá que tener unas de cocina recias...)

Fue muy bueno el rato en que conseguí un equilibrio entre las velas y la caña. Dejada la caña a su aire, el barco se mantenía en un rumbo casi recto, con una pequeñísima tendencia a aproarse en el tiempo. Pocas veces he conseguido este equilibrio, no sé si por falta de calidad como trimmer o por cuestiones técnicas. Las pocas veces que lo he conseguido ha sido con F3.

Tan contento estaba con esa situación, que me permití ir a proa unos instantes, mientras el barco seguía a su rumbo obediente... Sensación placentera y diferente a la habitual, siempre pendiente de la caña...



Hecho inédito en el Hooper desde que está conmigo: El patrón en proa dejando que el Hooper se gobierne solo (espero que tenga título suficiente :-))




Hooper gobernándose a sí mismo.
Aunque parezca que la caña está atada con el cabo, en realidad está suelta con sólo 1 vuelta, puede moverse como quiera.


Nos resistíamos a volver a puerto... Me hubiera quedado allí toda la noche...

lunes, 26 de agosto de 2013

Probándonos hasta dónde llegamos... F6


27 de julio de 2013. Son las 5 de la tarde y sopla fuerte. Miro cómo está la mar desde la "Tala", rompeolas de Amandarri, y me parece "tratable". Hay una cierta mar de fondo, ola de entre metro y metro y medio, calculo. Marejada, pero se puede negociar. 

Decido salir. Consciente. Voy a probarnos, a ver hasta dónde llegamos.  

Un debate eterno: ¿Es una locura buscar mal tiempo o es un ejercicio que hay que hacer de vez en cuando para aprender? 

Tenía ganas de salir un día un poco límite, sin que fuera especialmente peligroso, para probarnos a ver si podíamos aguantar y cuánto. 

Salgo con el rizo (único que tiene la mayor, le quita 1/3 y deja los 2/3 superiores sin nada de bolsa, como una tabla) y con la mitad del génova (o sea, como si fuera un foque I, más o menos). Sopla fuerte. Más tarde vería en aemet que su estación sita en Lekeitio (supongo que en el faro) registró sobre las 6 de la tarde de ese día vientos medios de 40 km/h con rachas de casi 50 km/h. En nudos, entre 23 y 26. F6 de escala Beaufort. Guardé la gráfica en el móvil (un Nokia limitadito), que guardó la página web en un formato propio, con el resultado que sólo la puedo ver en el móvil. (Pero si alguien alberga dudas, puedo intentar hacer una captura)

Hombre, no se puede definir de temporal, pero aunque el Hooper, Somo 20, no tiene una categoría de diseño homologada, entiendo que se puede definir como categoría C, de acuerdo con los parámetros actuales, esto es, máximo ola de 2 metros incluido y estado de viento y mar F6 incluido. Así que estaríamos en el límite. 

Dentro, la ola es más dura de lo que se veía desde tierra o lo parece. En el seno de la ola no veo nada que esté por detrás. Eso supone una altura de al menos 1,70 metros. Estamos solos en la mar. 

No hay fotos ni vídeos. Tengo la cámara en la cabina, pero no puedo ir a por ella ni permitirme sacar fotos. Una mano está pendiente de las escotas de mayor y génova, en prevención de rachas, y la otra no se despega de la caña. Tira un poco fuerte, aunque se controla con una mano bien. 

De hecho, el único problema que tuve es que el golpe de una ola sobre el timón hizo que se me escapara la caña de la mano, no se cómo, para poner la caña a sotavento, con el resultado de que el barco se cruzó al viento hasta la orzada, en un instante, afortunadamente por avante, sin que hubiera una trasluchada pero con una escorada importante. 

Estuve una media hora a la altura del faro y frente al puerto. A veces más al norte que el faro y a veces a medio resguardo, aunque no se notaba calma en la mar y el viento. Abundantes rociones desde la amura. No quise estar más tiempo, primero porque suponía un esfuerzo físico y mental importante, no era la típica navegación plácida con sonrisa de oreja a oreja, y segundo porque, como leía una vez en un blog, cuando las condiciones rozan los límites, aunque no corra peligro ni el barco ni la tripulación, los materiales sufren y tienden a averiarse, averías que luego se deben reparar y eso cuesta tiempo y dinero... Y además, el objetivo estaba cumplido: ver si aguantábamos o nos superaban esas condiciones. 

La vuelta fue de aleta y con el motor encendido por si acaso, con un par de buenos rociones y sin mayor novedad. Aproveché para probar si era capaz de entrar hasta puerto a vela en esas condiciones, con el viento soplando de proa en la bocana. Me costó, pero al fin lo conseguí. Abriendo más las velas de lo que pensaba que era necesario para una ceñida a rabiar conseguí velocidad que me permitió entrar.

Las conclusiones de esa media hora podrían ser: 
  1. El Hooper lo aguanta muy bien y se controla bien. Quitando el viaje relatado en que se me fue la caña, el resultado fue que se controlaba perfectamente el barco, aunque la caña estaba un poco dura. A destacar que siguiendo el consejo de un profesional amigo, había alargado el timón, y se nota.
  2. La velocidad era buena. En descuartelar calculo, a ojo, entre 5 y 6 nudos (el GPS se me murió hace poco y no he comprado otro aún).
  3. Me hubiera sentido más a gusto con un rizo más en la mayor. No había mucha escora, a cambio de llevar la mayor al límite del flameo.
  4. Decididamente, el enrollador de génova tiene muchas ventajas y comodides, sobre todo para el navegante solitario, pero si tienes que ir en esas condiciones mucho tiempo, con el génova enrollado para disminuir la superficie, da un poco miedo por el génova, pues parece que castigas la zona más sensible y además el centro vélico del mismo sube en altura. Haber podido bajarlo y poner un recio foque más pequeño, hubiera sido mejor.
     
  5. El patrón, o sea yo, se encontraba tranquilo y aguantaba también el ritmo, aunque el estado de concentración y estrés que soportas es canso. Poder haber tenido un acompañante que controle, me hubiera aliviado un poco. Y me hubiera permitido sacar un vídeo o unas fotos... :-)
     
  6. Supongo que ahora habrá todavía más navegantes en Lekeitio que piensen que el Hooper y su patrón están mal de la cabeza... O que van de valientes... Pues ni una cosa ni otra.
     
  7. Ahora sabemos hasta dónde podemos llegar, por lo menos. Y estoy seguro de que, en caso de necesidad, ambos podríamos ir más allá.

miércoles, 21 de agosto de 2013

"Si no puedes con él... únete a él", ¡¡a Getaria!!



El plan... roto

El plan del día era partir de Lekeitio hacia cabo Matxitxako, rebasarlo y llegar a San Juan de Gaztelugatxe.

Los pronósticos hablaban de viento de componente Norte y otros de NW, vientos medios. Tenía mis dudas de que pudiera ir hasta allí, a vela por supuesto. Aún así mantuve el plan.

Me levanté lo suficientemente pronto como para salir a las 10 de la mañana o antes, pero unas cuestiones domésticas, me retrasaron, por lo que la salida la hice a las 11:00 en punto.

En esa hora, el viento ya se había establecido, y efectivamente era NW y fuertecito. Medí un real de unos 12 nudos. Sobre una mar de fondo NW menor a un metro, más cerca del medio metro, y con una mar rizada en ese momento, pero era evidente que si el viento seguía estable así, se iba a hacer una marejadilla por lo menos, montando la mar de viento sobre la de fondo. Y el Winfinder anunciaba para mi zona en los últimos pronósticos un viento estable en esos valores, para dismunuir ligeramente a la tarde.

Salí manteniendo el plan, pero pronto me di cuenta que luchar contra un viento tan fuerte y contra la ola, que debería ir a más, me iba a obligar a hacer una travesía muy larga en tiempo y distancia, con grandes bordos. De hecho, tras media hora, apenas había pasado de cabo Santa Catalina, poco más de una milla  desde la bocana, en dirección NW.

Así que cambio de planes. Había estado dudando si ir hacia Getaria (léase "Guetaria" en castellano), pues también me apetecía viajar hasta este puerto, al que nunca había llegado en barco, e ir incrementando la lista de puertos "conquistados", en mi idea o sueño de llegar navegando a todos los puertos de la costa vasca. A las 11:45 puse aleta al viento y me dirigí hacia Getaria. Desde el Cabo de Santa Catalina, 14 millas un poco largas. Con algún bordito que hiciera, más cerca de las 15. Por supuesto, comuniqué con "Capitanía" ("la jefa") por el móvil para comunicar el cambio de planes.


Hacia Getaria


El viaje de ida fue apacible. Con mayor y génova. Desistí de poner el spy porque las olas iban para arriba y ya tenía un cierto balanceo, al pegar la ola por la aleta, y tampoco me apetecía ir estresado.
Del viaje de ida, hasta pasar Deba, poco que contar. La mar estaba a medio camino entre rizada y marejadilla. No había muchos borreguitos, pero sí había una cierta ola y una mar un tanto agitadilla. Por tanto, el viento era de un F4 y la mar a medio camino entre F3 y F4. Seguramente en la foto se verá poca cosa como siempre:


Dejando Ondarroa por la aleta. La mar se puede calificar de rizada casi marejadilla

Vi la mejillonera instalada frente al municipio de Mendexa, en la cala Baurdo, y me acerqué un poco. También a destacar que me encontré con algunos veleros franceses en dirección contraria, a motor y mayor, y que uno de ellos redujo la marcha y se me acercó y dos de sus varios tripulantes me observaron muy detenidamente, me saludaron y siguieron para adelante. No sé si pensarían que estaba un poco loco o por si tenía problemas...

Pasado Deba y ya cerca de Zumaia, y sin que conozca la razón, el mar pasó ya a ser más propio de marejada que de marejadilla, con olas con una altura superior al metro, bastantes superando el metro y medio, y con una pendiente apreciable, lo que me hacía ir con un ojo atrás para negociarlas bien y no sufrir viradas o trasluchadas involuntarias.

El ratón de Getaria ya a la vista, y las olas incrementándose, aunque en la cámara de fotos parece que las olas encojen, mientras que en vivo son más altas (o nos lo parecen...)

El ratón más cerca. Se aprecia algo mejor la mar.


Llegué a la altura del ratón aproximadamente a las 15:00 horas. Estaría a una milla del ratón. Por tanto, unas 3 horas y 15 minutos, para recorrer calculo unas 16 millas, pues con el tema de las olas, mejillonera, etc, me había desviado del rumbo inicial un tanto. Asi que saldría una velocidad media de casi 5 nudos.

Sobrepasar el ratón y llegar a su socaire, me resultó más complicado de lo que pensaba. Lo suyo sería un rumbo directo, pero eso me ponía con viento y mar del través, y llevar un rumbo más cómodo me dejaba con menos arrancada y con la popa a la mar. Y de aleta, tenía que ir corrigiendo el rumbo con la caña, cuando la ola me empujaba y me obligaba a aproarme. Visto desde arriba debía parecer un sujeto propio para un control de alcoholemia... Y es que en ese momento, me enfrentaba a olas realmente grandes, cerca de los dos metros, que dejaban unos agujeros que daban miedo... Y eso que el fondo superaba los 60 metros, si la sonda acertaba, que con tanto balanceo...

En el puerto.


El puerto de Getaria ha sido conocido desde la antigüedad por ser un puerto extraordinariamente seguro, y de hecho, era el puerto de abrigo al que se dirigían las embarcaciones de gran parte de la costa E de Bizkaia y W de Gipuzkoa en caso de ser sorprendidos por galernaso temporales. Tanto es así, que llegó a tener instalaciones para acoger hospitalariamente a esos marinos de fuera.

Una vez al socaire del ratón, la situación cambió y se hizo plácida. Avanzábamos hacia la bocana de forma placentera y rápida. Me dio hasta pereza desaprovechar ese relax, para empezar a recoger velas y colocar defensas, etc., para la maniobra de atraque, pero el tiempo seguía avanzando... Había que hacerlo...

Al socaire del ratón, la situación pasó de caos a orden y placidez, aunque el viento seguía en torno a los 15 kn...

Al final, entraba en Getaria sobre las 15:20. Me sorprendió que todo el puerto comercial o pesquero estaba vacío, mientras que el deportivo parecía lleno con embarcaciones en el muelle de espera. No sé cuántos pesqueros quedarán en Getaria, pero seguramente estarían todos en la mar, a la pesca del bonito (del norte) (Thunnus alalunga).

Até a la pared en la parte cercana a donde atracan pequeñas motoras, en la parte sur de la pared de la parte más interna del puerto, junto a una escalera.

Mientras me encontraba en la maniobra de atraque, y aún con el chaleco automático puesto, oí a un niño (de unos 12 años) que le decía en catalán a su padre, algo así como "Mira papá, lleva chaleco salvavidas". Me pareció que el padre le contestaba algo así como "Como te digo yo, que hay que llevarlo". Supongo, porque catalán no sé, pero eso me pareció entender.



El Hooper atracado junto a la escalera. 

Otro ángulo...



En este mapa del puerto, lo he señalado, además de las distintas zonas en las que parece que se divide el puerto.

Ver Puerto de Getaria - Getariako portua en un mapa más grande


Una vez atracado, me fui a comer un bocata y tomar después un café en el restaurante-bar-chiringuito que está entre el puerto y la playa. Estaba bueno, aunque me tardaron en atender, pues estaban liadillos con las comidas, copas y demás.


Da envidia tener un puerto deportivo así en casa...


Imagen de la basílica encima del puerto



Zona de escuela de vela y alquiler de vela ligera.


Rampa entre el puerto deportivo y la playa de Malkorbe


La vuelta


Después de jamarme el bocata y tomar un café y descansar un rato al sol, salí del puerto de Getaria, sobre las 17:30 hacia Lekeitio.

El viento no había bajado y la situación de la mar tampoco. Pronto pude comprobarlo. Así como que para llegar a vela hacia Lekeitio, otra vez rumbo NW contra el viento y la mar, sería un suplicio largo en tiempo y distancia. Y me había comprometido con Capitanía (la jefa) que llegaría a Lekeitio sobre las 9 o 9 y media de la noche. A vela iba a ser que no, así que arranqué motor a las 18:00 y con la mayor izada inicié la vuelta.

Pronto recogería la mayor, pues las olas, por la amura, me revolvían y me parecía que me molestaba más que ayudar.

Por el camino, no mucho que destacar. Una navegación negociando constantemente con las olas, tratando de tomarlas por la amura, sin mucho salpicón y sin caer en los "agujeros" que quedaban.

Vi a la altura de Deba una pequeña pajarera. Esto hará sonreir a navegantes de otras latitudes, pero lo cierto es que en el Cantábrico, al menos en la costa vasca, no es algo demasiado frecuente, al menos cerca de la costa. Vi 3 o 4 gaviotas sobrevolando y picando en la superficie, pronto serían una docena, y la superficie estaba rugosa, como si algo la estuviera rompiendo. Vi saltar un par de bonitos del Sur (Sarda sarda) como de unos dos kilos. Estuve tentado de hacer una pasadita con la caña, pero eso me iba a retrasar en los planes, así que me limité a contemplar el espectáculo mientras seguía para Lekeitio...
Para las 21:30 Hooper estaba atracado en su sitio dentro del puerto de Lekeitio sin más novedad, así que la vuelta la habíamos hecho entre 4,5 y 5 kn. Con la mar de cara, no estaba mal. Y otro puerto en la saca... :-)

Más fotos: